El pueblo se encuentra rodeado por dos barrancos por los que fluye el agua la mayor parte del año, alimentando el valle rebosante de vida. En él conviven robles, encinas, olmos y pinos rojos, plantas medicinales y autóctonas, corzos, jabalíes, zorros… un sinfín de pequeños animales y muchas especies de aves que con sus cantos nos alegran los días y las noches.
El entorno de Iscles está formado por unas particulares rocas esculpidas por el proceso de formación del Pirineo y forma parte de una importante zona geológica rica en minerales, arcillas y fósiles. En ellas se encuentran representadas 35 millones de años de historia de la Tierra y aparecen desde calizas con fósiles tropicales a areniscas con los restos de los últimos dinosaurios de Europa. Las características de estas rocas han sido hábilmente empleadas de distintas maneras en la construcción de la localidad.
Nosotros estamos plantando jardines y cultivando varios huertos orgánicos de los que nos alimentamos la mayor parte de nuestro día a día. Este invierno esperamos iniciar la construcción del gran invernadero que nos permitirá alargar las temporadas y disfrutar de verduras frescas ya todo el año.