Los niños crecen y han comenzado a asistir regularmente a la escuela.
El centro más cercano se encuentra a 25 km de casa, en recorrerlos empleamos 50 minutos. Para los niños son dos viajes y para nosotros cuatro, es decir 4h al día en ruta y unos 360 euros al mes de gasoil. Una situación insostenible y un gasto energético del todo absurdo, además de un tiempo valioso que se nos escurre de las manos.
La creación de una escuela en nuestro pueblo tiene carácter de urgente y está previsto iniciar las obras de reconstrucción del edificio que tenemos reservado para ella esta primavera. Tenemos la intención de iniciar las clases el próximo curso con la incorporación de más niños que al ser algo menores, no hemos querido someterlos cada día a este pesado viaje.
Por otro lado, la idea de la existencia de una escuela libre en Iscles no es en absoluto nueva, sinó que es uno de los pilares fundamentales del proyecto. Porque pensamos que la educación de las nuevas generaciones, es uno de los factores más importantes del cambio necesario para que la humanidad reconecte entre si misma y con la vida que le rodea.
Acompañamos a los niños en su crecimiento ofreciéndoles una educación holística, incorporando contenidos a través de las situaciones que van surgiendo o mediante el desarrollo creativo de juegos e historias que responden a sus necesidades y preferencias, a las aptitudes de cada niño en particular, adaptadas a su ritmo y manera de hacer. Aproximándolos de esta forma a la cultura, al arte y también al conocimiento de si mismos, a su relación con los demás y con respecto al mundo en el que habitamos, pero todo ello de una manera cómoda y placentera.
Damos una gran importancia a la relación y al amor por la naturaleza en general.
Los niños nos acompañan en nuestro cotidiano, en las labores del huerto, en los talleres, los animales, la cocina y disfrutan amasando el pan.
También a través de expresiones artísticas desarrollan su potencial creativo, y aprenden a realizarse como personas y como grupo.
El proyecto se basa en la en la reconstrucción de un antiguo pajar en ruinas, para convertirlo en un centro polivalente comunitario que los niños de Iscles y alrededores puedan usar como escuela. A su vez cumplirá la función de centro cultural para el desarrollo de cursos, talleres, charlas e intercambios que busquen fomentar temáticas de relevancia actual como: bioconstrucción, agricultura orgánica, salud, ecología, integración….
De este modo, en planta baja se mantendrá un espacio diáfano que sirva de almacén general comunitario, al encontrarse a nivel de calle.
En la primera planta se situará el aula, en una única sala con pilar central, de 55m2. Ésta comunicará con un baño dotado de ducha con agua caliente y un sistema de váter seco.
En esta misma aula se pretende construir un altillo de madera que proporcione un espacio donde poder alojar a niños y adultos que acudan a las actividades.
Después de unos cuarenta años de abandono, la cuadra ha perdido prácticamente la mitad de la cubierta, los muros han empezado a lavarse y desmoronarse donde se cayeron las losas de piedra que lo protegían de la lluvia, y la vegetación ha invadido alarmantemente algunas zonas. Todo esto y medio metro de estiércol le dan un aspecto más de ruina que de escuela. Pero gracias a la robustez de la construcción, de porte casi medieval, aún se pueden aprovechar casi la totalidad de los muros, y recuperar el edificio tal y como era con poco trabajo de albañilería.
La estrategia de actuación se basa en recuperar la forma exterior original del edificio, usando materiales locales en su mayoría y aprovechando todos los elementos de la ruina que sea posible. La mano de obra, como en el restos de las reconstrucciones efectuadas en Iscles, la aportamos los mismos miembros de la asociación ayudados por voluntarios, amigos y familiares.
De este modo, una vez vaciada la ruina de estiércol, que será incorporado a nuestros huertos, y de otros escombros que se separarán para su reutilización, procederemos a limpiar y consolidar las mamposterías con los mismos elementos originales, es decir, piedra y morteros de arcilla.
Sobre un plano estable de piedra se hará un recrecido de arcilla aligerada, dónde se fijan los durmientes de madera que hacen la función de atado y reparto de las cargas de las vigas por todos los muros.
La cubierta se realizará a partir de troncos de pino con acabado rústico, conservando la disposición original, con cuatro jácenas principales apoyadas en el pilar central, que dividen por la mitad la luz de las vigas. Sobre éstas se dispone un sandwich a partir de dos capas de tabla de madera con una capa central de aislante de fibra de madera, y sobre éste un impermeabilizante y teja curva en parte recuperada de la misma construcción.
De la misma manera, el forjado intermedio, que servirá de suelo del aula, se compone de un sandwich de dos capas de tabla de madera con aislante natural intermedio, asegurando el aislamiento térmico y acústico del piso inferior, no aclimatado.
En el interior se plantean acabados rústicos y con materiales naturales tales como yeso, morteros de cal, madera y pinturas naturales, incorporando técnicas mas especificas como estucos o tadelakt en algunas zonas.
Todas las instalaciones tanto de calefacción, agua caliente, como electricidad serán de fuentes renovables, o a partir de biomasa obtenida por nosotros mismos en el entorno. Así se plantea un sistema mixto, a partir de un estufa-caldera de leña que junto con paneles de captación solar proporcionen calor y agua caliente para el baño (tanto en invierno como en verano).
Además, el baño estará dotado de un sistema de váter seco tipo Clivius que, mediante previa separación de la orina, sirva para compostar las heces que luego se reincorporarán a la tierra, evitando la contaminación de aguas. El agua utilizada en ducha, lavamanos y urinarios se hará llegar hasta la cercana balsa de depuración de aguas grises existente en el pueblo.
